Un pórtico urbano

 
Desde hace siglos atrás se usan los pórticos en el mundo para indicar accesos a edificios o espacios. Los antiguos egipcios y griegos lo hicieron, y por supuesto, Panamá no es la excepción. La única diferencia es que se usan elementos más naturales y se les da una doble utilidad.

Cables semejantes a telarañas se «tensan» entre columnas para recordarnos que aún vivimos en un ambiente salvaje, caótico y desordenado.

Y claro, si los elementos no estuviesen dispuestos de esa manera, ¿quién sabría que ahí se encuentran las escaleras para accesar a los estacionamientos del lugar?

Al menos sabemos que cumple su función:

¡A jugar el limbo!

 
Pareciera que de alguna manera se le saca provecho a los desperfectos de una ciudad tercermundista. Tácitamente, el poste nos invita a recordar nuestra niñez cuando algunos nos divertíamos con aquél juego llamado ‘limbo‘.

La foto fue tomada con un celular, después de casi ser ahorcado por no estar advertido. Y cuidado, cada vez que pasas, la dificultad aumenta :).

El primero

 
Me encuentro en el salón de clases, y mi profesor (de nacionalidad mexicana) se acerca y me pregunta: ¿quién fue el primer arquitecto panameño?

Una pregunta  que no supe responder, pero que me pareció muy interesante investigar. Los textos dicen, que los primeros arquitectos de panamá, no eran parameños. Obviamente.

En la biblioteca de mi universidad me topo con el libro «Arquitectos del siglo XX en Panamá» en el cual creo poder encontrar mi respuesta.  En él sobresalen Genaro Ruggieri, Gutavo Schay y; por supuesto, Leonardo Villanueva Meyer. Pero de estos tres primeros, ninguno con nacionalidad panameña. Finalmente, el cuarto arquitecto citado, en la página 28 del libro es a quien estaba buscando. Se los presento con una cita:

Arq. Rogelio Navarro:

Nace en Panamá en 1906, arquitecto por la U. de Virginia en 1927, trabaja en New York en la firma del Arq. Kenneth Murchison, regresa a Panamá en 1928, fundando la firma Navarro y Compañía y dicta clases en la escuela de Artes y Oficios hasta 1931.

Como miembro de acción comunal, participa en la Revoluciçon del 2 de enero de 1931 que depuso al Presidente Florencio Harmodio Arosemena. Diputado de la Asamblea Nacional de 1932 a 1936, Presidente del Consejo Municipal de Panamá y miembro de la Junta de Ornato y Embellecimiento, truncando una carrera en ascenso muere a los 36 años en  1942.

Principales obras:

  • Cuartel Central de Policía en Ave. A – 1934 (destruido en 1989)
  • Residencia del Sr. Pablo Otón en calle 43 – 1936
  • Iglesio de Cristo Rey – 1935
  • Edificio del Patio Rochet en Ave. de los Mártires
  • Mercado de Ave. A – 1930

Biografía tomada del libro «Arquitectos del siglo XX en Panamá, un siglo de arquitectura, 1903 – 2003.»

Gran parte de su obra es de estilo «Bellavistino». Como buen arquitecto, se preocupaba por que sus edificios cubrieran las necesidades de quien lo habitaba, por el clima, la ventilación, y por el reparto funcional de los espacios.

Rogelio Navarro. El primer arquitecto panameño.

Iglesia del Cristo Rey.

Buena arquitectura

 
Qué mejor manera de estrenar el blog que con una de las mejores obras que hay en la Ciudad de Panamá (a mi parecer). Le hago un pequeño homenaje al edificio del Banco HSBC en Marbella (acompañado de tendido eléctrico sobrecargado, tan común en nuestra cultura criolla).

Muchas personas no lo saben, pero este edificio fue diseñado por Skidmore Owings & Merril (SOM) los mismos que concibieron el Burj Dubai, ahora Burj Khalifa. Es un claro ejemplo de que no hace falta que un edificio este cubierto totalmente de vidrio para que sea bonito. Además, es adecuado para el clima tropical húmedo de nuestro país.

El edificio posee aleros que lo protegen de los rayos del sol, y al mismo tiempo el particular diseño los transforma en embudos de viento que refrescan el espacio interior. Además, estos aleros no permiten que las ventanas se ensucien con la lluvia y de esta manera se hace económico el mantenimiento.

Por último, una de las cosas más importantes: la acera.  El edificio deja un andén respetable y bonito, no como solemos ver en el resto de la ciudad. Se nota a simple vista que es agradable caminar frente a él.

«Lo que me gusta es que por donde se le mire el edificio no pierde elegancia, y está hecho para la gente, no para los carros.»

En conclusión, el edificio responde a lo escencial: está bien diseñado para el clima, es urbano, y ya. No hace falta más. Es algo muy simple, pero que lo hace muy especial.

Fue construido hace muchos años atrás, pero fue, es y será por mucho tiempo un ejemplo de buena arquitectura.